La Revolución Rusa de 1917: Del Zarismo al Comunismo

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Introducción

La Revolución Rusa de 1917 es uno de los eventos más significativos del siglo XX, marcando el fin del zarismo y el nacimiento de la Unión Soviética. Este acontecimiento no solo transformó a Rusia, sino que también tuvo un impacto profundo en la política global y el desarrollo de los movimientos comunistas en todo el mundo. En este artículo, exploraremos las causas, los eventos clave y las consecuencias de esta revolución histórica.

Causas de la Revolución Rusa de 1917

La Revolución Rusa de 1917 fue el resultado de una compleja combinación de factores sociales, económicos y políticos. A continuación, se detallan las causas más significativas que llevaron a este trascendental evento histórico.

Desigualdad Social y Económica

La Sociedad Agraria y los Campesinos

A principios del siglo XX, Rusia era un país predominantemente agrario con una estructura social profundamente desigual. La mayoría de la población rusa estaba compuesta por campesinos que trabajaban en tierras propiedad de la nobleza, la iglesia y el zar. Estos campesinos vivían en condiciones extremadamente duras, con poca o ninguna posibilidad de mejorar su situación económica. La abolición de la servidumbre en 1861 no mejoró significativamente las condiciones de vida de los campesinos, ya que muchos se vieron obligados a pagar altas cuotas de redención por la tierra.

La Brecha entre la Nobleza y el Pueblo

Mientras que la mayoría de los campesinos luchaban por sobrevivir, la nobleza y la familia real vivían en la opulencia. Los nobles poseían vastas extensiones de tierra y disfrutaban de privilegios que el pueblo llano no podía ni imaginar. Esta disparidad económica y social creó un profundo resentimiento entre las clases bajas y una creciente demanda de reformas agrarias y sociales.

La Influencia de la Revolución Industrial

El Surgimiento de la Clase Obrera

Aunque Rusia fue uno de los últimos países europeos en industrializarse, a finales del siglo XIX y principios del XX, el país experimentó un rápido crecimiento industrial. Surgieron grandes centros industriales en ciudades como San Petersburgo y Moscú, atrayendo a millones de campesinos que buscaban mejores oportunidades. Esta migración masiva llevó a la formación de una nueva clase obrera urbana que enfrentaba largas jornadas laborales, bajos salarios y condiciones de trabajo peligrosas.

Condiciones de Trabajo y Vida

Las condiciones de vida en las ciudades industriales eran deplorables. Los trabajadores vivían en barrios abarrotados y antihigiénicos, sin acceso adecuado a servicios básicos. La explotación laboral y la falta de derechos fomentaron la organización de sindicatos y movimientos políticos. Los trabajadores comenzaron a exigir mejoras en sus condiciones laborales y mayores derechos, lo que incrementó la tensión social y política.

Impacto de la Primera Guerra Mundial

El Costo Humano y Económico

La entrada de Rusia en la Primera Guerra Mundial en 1914 tuvo un impacto devastador en el país. Las derrotas militares en el frente oriental resultaron en enormes pérdidas humanas y materiales. Millones de soldados rusos murieron o resultaron heridos, y el ejército se encontraba en un estado de desorganización y desmoralización. Además, el esfuerzo bélico drenó los recursos económicos de Rusia, llevando a una inflación galopante y escasez de alimentos.

El Descontento Militar y Civil

La incompetencia del gobierno zarista en manejar la guerra exacerbó el descontento tanto entre los soldados como entre la población civil. La escasez de alimentos y otros bienes esenciales provocó disturbios y huelgas en las ciudades. El descontento también se extendió a las fuerzas armadas, donde los soldados comenzaron a cuestionar su lealtad al zar y a simpatizar con los movimientos revolucionarios.

Fallos del Gobierno Zarista

Autocracia y Represión

El régimen zarista era una autocracia que gobernaba sin apenas tener en cuenta las necesidades y deseos de su población. El zar Nicolás II, en particular, fue visto como un líder ineficaz e indeciso. Su resistencia a las reformas políticas y sociales, junto con su dependencia de consejeros impopulares, contribuyó a la creciente alienación de la población.

La Influencia de Rasputín

La influencia de Grigori Rasputín en la familia real también minó la confianza pública en el gobierno. Rasputín, un místico y autoproclamado santo, tenía una gran influencia sobre la zarina Alexandra debido a su aparente capacidad para curar al zarevich Alexei de su hemofilia. Su participación en la política y su reputación de corrupción y libertinaje dañaron gravemente la imagen de la monarquía.

Movimientos Revolucionarios y Políticos

Los Socialdemócratas y los Bolcheviques

Los movimientos revolucionarios, como los socialdemócratas, los socialrevolucionarios y los bolcheviques, ganaron popularidad entre los trabajadores y campesinos descontentos. Los bolcheviques, liderados por Vladimir Lenin, abogaban por una revolución proletaria que derrocaría al gobierno zarista y establecería un estado socialista. Su mensaje de «Paz, Tierra y Pan» resonó profundamente entre las masas empobrecidas y hambrientas.

El Papel de los Soviets

Los soviets, consejos de trabajadores y soldados, surgieron como órganos de poder paralelo durante las revoluciones de 1905 y 1917. Estos soviets jugaron un papel crucial en la organización de huelgas y protestas, y eventualmente se convirtieron en una fuerza política decisiva durante la Revolución de Octubre. Los soviets representaban una forma de democracia directa que contrastaba fuertemente con el autoritarismo del régimen zarista.

Eventos Clave de la Revolución

La Revolución de Febrero: El Inicio del Cambio

La Revolución de Febrero de 1917 marcó el comienzo del fin para la autocracia zarista en Rusia. El 23 de febrero (8 de marzo en el calendario gregoriano), en medio de una severa escasez de alimentos y un descontento generalizado, miles de mujeres se manifestaron en Petrogrado para conmemorar el Día Internacional de la Mujer y exigir pan. Estas protestas rápidamente atrajeron a trabajadores industriales y otros ciudadanos descontentos, convirtiéndose en una huelga general.

El 25 de febrero, la huelga había paralizado la ciudad. Las fuerzas de seguridad zaristas intentaron reprimir las protestas, pero la situación empeoró cuando los soldados comenzaron a unirse a los manifestantes. El 27 de febrero, los soldados del regimiento Pavlovsky se amotinaron, y para el 28 de febrero, gran parte de las fuerzas armadas en Petrogrado se habían unido a la revuelta. Esta insurrección obligó al zar Nicolás II a abdicar el 2 de marzo (15 de marzo en el calendario gregoriano), poniendo fin a más de tres siglos de gobierno de la dinastía Romanov.

El Gobierno Provisional: Una Transición Turbulenta

Con la abdicación del zar, se estableció un gobierno provisional liderado por figuras moderadas y liberales como Georgy Lvov y más tarde Alexander Kerensky. El nuevo gobierno prometió reformas democráticas, elecciones para una asamblea constituyente y una serie de derechos y libertades para los ciudadanos. Sin embargo, enfrentó varios desafíos insuperables desde el principio.

Una de las principales decisiones del gobierno provisional fue continuar la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial. Esta decisión fue extremadamente impopular entre la población, ya agotada por años de guerra, hambruna y pérdidas humanas. La insistencia en mantener el esfuerzo bélico alienó a muchos soldados y trabajadores, que habían esperado que la revolución trajera una paz inmediata.

Además, el gobierno provisional carecía de legitimidad y poder efectivo. En gran parte del país, el control estaba en manos de los soviets, consejos de trabajadores y soldados que operaban en paralelo al gobierno provisional. Estos soviets, especialmente el Soviet de Petrogrado, se convirtieron en centros de poder alternativos y comenzaron a cuestionar la autoridad del gobierno provisional.

El Ascenso de los Bolcheviques

Durante los meses siguientes, el Partido Bolchevique, liderado por Vladimir Lenin, ganó rápidamente apoyo entre los soviets y la clase trabajadora. Los bolcheviques abogaban por un fin inmediato a la guerra, la redistribución de la tierra y el poder para los soviets, encapsulados en su eslogan «Paz, Tierra y Pan».

Lenin, que había regresado del exilio en abril de 1917, aprovechó el caos y la ineficacia del gobierno provisional para movilizar a los trabajadores y soldados a favor de la revolución socialista. En julio, los bolcheviques intentaron tomar el poder durante las «Jornadas de Julio», pero fracasaron. Sin embargo, este intento demostró la creciente influencia y determinación del partido.

La Revolución de Octubre: La Toma del Poder

La Revolución de Octubre fue el clímax de los esfuerzos bolcheviques para derrocar al gobierno provisional. En la noche del 25 al 26 de octubre (7-8 de noviembre en el calendario gregoriano), los bolcheviques, con el apoyo de la Guardia Roja y los soldados amotinados, tomaron el control de los puntos estratégicos de Petrogrado. La toma del Palacio de Invierno, sede del gobierno provisional, fue el evento más simbólico de la revolución.

Kerensky, que intentó organizar una resistencia, huyó de la ciudad. En cuestión de horas, los bolcheviques habían tomado el control del gobierno. En el Congreso de los Soviets, Lenin anunció la formación de un nuevo gobierno dirigido por los bolcheviques, conocido como el Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom).

Las Primeras Medidas del Gobierno Bolchevique

Una vez en el poder, el gobierno bolchevique implementó rápidamente una serie de decretos radicales. El Decreto sobre la Paz pedía la inmediata negociación de un armisticio con las Potencias Centrales para poner fin a la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial. Este objetivo se logró con el Tratado de Brest-Litovsk en marzo de 1918, aunque a un alto costo territorial.

El Decreto sobre la Tierra abolió la propiedad privada de la tierra, redistribuyéndola entre los campesinos. Esta medida fue muy popular entre la población rural, que había estado exigiendo la reforma agraria durante décadas.

El nuevo gobierno también nacionalizó bancos e industrias clave, estableció un monopolio estatal sobre el comercio exterior y comenzó la planificación económica centralizada. Estas políticas sentaron las bases para la transformación socialista de la economía rusa.

La Guerra Civil Rusa

La consolidación del poder bolchevique no fue inmediata ni pacífica. La Revolución de Octubre provocó una guerra civil brutal entre los bolcheviques y una amplia coalición de fuerzas antibolcheviques conocidas como los «Blancos». Estos incluían a monárquicos, liberales, socialistas moderados y fuerzas extranjeras que buscaban detener el avance del comunismo.

La guerra civil, que duró desde 1917 hasta 1922, fue devastadora. Millones de personas murieron a causa de los combates, el hambre y las epidemias. Sin embargo, los bolcheviques, con su disciplina y capacidad organizativa, lograron prevalecer. La victoria bolchevique resultó en la consolidación del poder comunista y el establecimiento de la Unión Soviética en 1922.

La Creación de la Unión Soviética

La culminación de la Revolución Rusa y la guerra civil fue la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en diciembre de 1922. Este nuevo estado federal estaba compuesto por varias repúblicas soviéticas, con Rusia como la república dominante. La URSS se convirtió en el primer estado socialista del mundo, basado en la ideología marxista-leninista.

El gobierno soviético, liderado por el Partido Comunista, implementó políticas de colectivización, industrialización y represión política para transformar la sociedad y la economía. Estas políticas, aunque lograron modernizar el país, también causaron enormes sufrimientos y pérdidas humanas.

Consecuencias de la Revolución Rusa

La Revolución Rusa de 1917 tuvo profundas repercusiones en Rusia y en el mundo entero. Estas consecuencias abarcaron cambios políticos, económicos, sociales e internacionales que moldearon el siglo XX y siguen siendo objeto de estudio y debate.

La Guerra Civil Rusa

Orígenes y Desarrollo

La caída del gobierno provisional y la toma del poder por los bolcheviques no fueron aceptados por todos los sectores de la sociedad rusa. Inmediatamente después de la Revolución de Octubre, estalló una guerra civil entre los bolcheviques (los Rojos) y sus oponentes (los Blancos). Los Blancos estaban compuestos por una amplia gama de facciones, incluyendo monárquicos, republicanos, nacionalistas y socialistas moderados, todos unidos en su oposición al nuevo régimen bolchevique.

Resultados de la Guerra Civil

La guerra civil fue brutal y devastadora. Se estima que entre 7 y 12 millones de personas murieron como resultado del conflicto, ya sea por combates, hambruna o enfermedades. Finalmente, los bolcheviques, liderados por Lenin y apoyados por una estructura militar disciplinada y una propaganda efectiva, lograron consolidar su control. En 1922, se proclamó la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), marcando el comienzo de un nuevo estado socialista.

Transformaciones Sociales y Económicas

Nacionalización y Colectivización

Una de las primeras acciones del nuevo gobierno bolchevique fue la nacionalización de la industria y la tierra. La tierra fue redistribuida entre los campesinos, y las fábricas y bancos fueron puestos bajo control estatal. Estas medidas fueron diseñadas para abolir la propiedad privada y construir una economía socialista basada en la planificación centralizada.

Política del Comunismo de Guerra

Durante la guerra civil, el gobierno bolchevique implementó la política del Comunismo de Guerra, que incluyó la requisición forzosa de granos a los campesinos, la nacionalización completa de todas las industrias y la prohibición del comercio privado. Aunque estas políticas ayudaron a los bolcheviques a ganar la guerra civil, también provocaron un colapso económico y una gran hambruna.

La Nueva Política Económica (NEP)

En 1921, Lenin introdujo la Nueva Política Económica (NEP) para recuperarse de las devastaciones de la guerra civil y el Comunismo de Guerra. La NEP permitió una cierta liberalización económica, reintroduciendo elementos del mercado y permitiendo la propiedad privada en la agricultura y el comercio pequeño. Esta medida temporal tuvo éxito en revitalizar la economía soviética y mejorar las condiciones de vida.

Impacto Internacional

Inspiración para Movimientos Comunistas

La Revolución Rusa de 1917 inspiró a los movimientos comunistas de todo el mundo. La creación de la Internacional Comunista (Komintern) en 1919 tuvo como objetivo promover la revolución socialista global. En muchos países, especialmente en Europa y América Latina, surgieron partidos comunistas que buscaban emular el ejemplo soviético.

Reacciones Internacionales

El establecimiento del régimen comunista en Rusia también provocó temores y reacciones en otros países. Las potencias occidentales, preocupadas por la propagación del comunismo, intervinieron en la guerra civil rusa apoyando a los Blancos. Esta intervención, sin embargo, fracasó y alimentó la desconfianza soviética hacia Occidente, sentando las bases para futuras tensiones internacionales.

La Era de la Guerra Fría

Las tensiones entre la Unión Soviética y las potencias occidentales se profundizaron en las décadas siguientes, culminando en la Guerra Fría. Este período, que se extendió desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la disolución de la URSS en 1991, estuvo marcado por una competencia ideológica, política, económica y militar entre el bloque comunista liderado por la URSS y el bloque capitalista liderado por Estados Unidos.

Cambios en la Estructura Social

La Igualdad de Género

El nuevo gobierno bolchevique promovió la igualdad de género, otorgando a las mujeres derechos legales y políticos iguales a los de los hombres. Se implementaron reformas progresistas en educación, trabajo y derechos familiares, lo que permitió a muchas mujeres participar activamente en la vida pública y profesional.

Educación y Cultura

La Revolución Rusa también trajo consigo una transformación en el campo de la educación y la cultura. El nuevo gobierno promovió la alfabetización y la educación universal, estableciendo un sistema educativo estatal que buscaba erradicar el analfabetismo y formar una nueva generación de ciudadanos socialistas. En el ámbito cultural, se fomentó el arte y la literatura que reflejaban los valores revolucionarios y la lucha proletaria.

Conclusión

La Revolución Rusa de 1917 fue un evento monumental que transformó a Rusia y tuvo repercusiones globales. Desde el fin del zarismo hasta la creación de la Unión Soviética, la revolución marcó el comienzo de una nueva era política y social. Aunque los métodos y resultados de la revolución siguen siendo objeto de debate, su impacto en la historia mundial es indiscutible.

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Referencias

  1. Enciclopedia Británica. (s.f.). Revolución Rusa. Recuperado de https://www.britannica.com/event/Russian-Revolution
  2. History.com. (s.f.). La Revolución Rusa.
  3. Fitzpatrick, S. (2008). La Revolución Rusa. Oxford University Press.
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